Carlos Casamayor
El
trabajo de escritor, seguramente lo sabes, es una tarea solitaria y ardua.
En
las noches, cuando solo se escucha el mínimo rumor de las teclas, las palabras
surgen. A veces rápidamente, otras tardan en abrirse paso. Y allí están
corriendo sobre la pantalla para luego ser tinta, ideas, sueños, esperanzas para
ser disfrutadas por otros. Entonces los personajes cobran súbitamente vida y ya no son del escritor, viajan lejos. A veces duermen en alguna biblioteca, otras corren de mano en mano y alegran o entretienen las vidas de la gente. Como sea la literatura es al hombre como el agua al sediento, indispensablemente necesaria. Y aunque muchos hoy no lean de todas maneras siempre tendremos a mano un libro dormido y al abrirlo un mundo se nos ofrecerá. Entonces soñaremos, volaremos lejos. Mientras dure el encantamiento, disfrutaremos la alegría de perdernos en la historia que algún remoto escritor dejó solo para nosotros.
Tebas
Recuerdos
Plegaria del Marino
Pensándote
Palabras de marino
Navego...
Interiores
In memoriam
Hombre de todos los siglos
Breves palabras
Una nueva primavera
Sentir que estas allí
Luz en los sombríos días de invierno
El mar
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