
Nota del Autor: Esta NOVELA es el fruto de años de
trabajo, trata sobre el amor, el cariño perdido, las ausencias y todas aquellas
emociones que hacen al ser humano. Nada tienen que ver con un apoyo a ninguna
política que no contemple los derechos humanos en su totalidad. Es fruto
en parte de mi la imaginación y también de las duras vivencias de mi padre y mi
hermano en los lejanos desiertos del sur argentino. Las opiniones de los
lectores corren por su exclusiva cuenta.
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Un relato impactante. Increíble. Un hombre que redescubre la historia de varios
integrantes de su familia en la Patagonia Argentina y, en el camino, el secreto
mejor guardado de toda la historia humana. Una trama apasionante que nos
permite conocer, de primera mano, las alternativas del encuentro, muchos años
después de su supuesto “suicidio” en un bunker de Berlín, del líder indiscutible de la Alemania
Nazi.
Leer estas páginas nos lleva a comprender los acontecimientos que se vivieron poco tiempo después de culminada la Segunda Guerra Mundial y, de paso, a plantearnos la verdad y la mentira de todo lo que se ha dicho sobre el tema. Una fantástica aventura donde se unen el amor, el misterio y la pasión para poner al autor de la trama frente a un descubrimiento científico que, aún hoy, podría cambiar el destino de toda la humanidad.
Palabras Previas
Muchos años después de la muerte de mi
padre llegué a la casa de su hermano por
pura casualidad. Esa tarde estuve a punto de no hacer la visita, pero el
destino me esperaba. Luego de un café mi tío me pide un favor. Necesitaba
retirar un par de objetos de la
boardilla. Él ya no podía subir. Una vez en ella encontré lo pedido. Me
dirigía hacia la salida cuando tropecé con un viejo baúl que se volcó.
Cayó una carpeta, en ella estaba un Diario manuscrito y una serie de cartas. Bajé
con ellas. Al ver la letra de mi padre pedí permiso a su hermano para
estudiarlas. Él no tenía idea de su existencia. Ya en casa abro el viejo libro amarillento
con su letra clara y varias cartas de mi hermano, muerto años atrás. Pasé parte de la noche leyendo con
incredulidad todo aquello. Papá relataba hechos extraordinarios y lo más
sugestivo: la certeza de la existencia en Argentina del hombre más odiado del planeta.
Varias de las mismas fueron enviadas desde la
Isla Leones, que contara con un Faro (hoy fuera de Servicio). Mi hermano cumplió
allí, durante tres años, su Servicio Militar. Perteneció así a la Dotación de
la Marina en aquel lugar perdido. Fue
confinado en castigo en aquel pedazo de roca, supuestamente por una
desobediencia.
Una segunda tanda de cartas fue despachada a
lo largo de la Patagonia. Él logró escapar de aquella isla en una carrera para
salvar su vida. Huyó al comprobar la visita de extraños personajes, a esos
remotos lugares.
Permaneció en la clandestinidad largo tiempo
sin que la familia supiese su paradero.
Nadie conocía una vida paralela y fantástica
de mi padre. Mucho menos los hechos que se relataban como verídicos.
Si bien el Diario y las cartas aparentemente
carecían de conexión, surgía claramente un patrón. La aseveración que políticos
argentinos habrían ocultado y brindado apoyo a
la elite del poder alemán de la Segunda Guerra. El posible acceso a
tecnología sin precedentes, traídas a la Argentina en ése tiempo. Y finalmente la
información más valiosa de la historia del hombre. Un grial único y maravillosamente
cercano, capaz de cambiar la vida de millones de seres. Pero había más, mencionaba
casi al final del Diario un hecho singular: allá lejos en el sur Argentino, a
una escasa milla y media de la costa y a menos de 70 metros de profundidad,
descansaría el último U-Boat, una maravillosa máquina creada por lo mejor de la
ciencia alemana. La nave que junto a otras once, habría llegado a la Argentina desde la lejana Alemania. Según
el escrito tuvieron apoyos logísticos
para cumplir con una larguísima navegación. Lo extraño es que las fechas lejos
de coincidir con el fin de la Segunda Guerra, los ubican desde el final de la
misma y pasados los años 1960. Algo totalmente inverosímil.
Cuando mi padre (al final de su Diario)
transcribe las coordenadas exactas del submarino hundido, dice textualmente “Algo se oculta en el vientre del U-Boat allá
en la lejana Santa Cruz. Y espera a ser liberado de las frías aguas del sur
argentino. Si es que aún perdura. La información allí contenida nos brindaría
el acceso a conocimientos no imaginados aún.”
Momentos antes de morir mi hermano menciona
en una carta a Ana, nuestra hermana, poniendo su vida en mis manos. Ella posee
características únicas y extraordinarias, que más adelante mencionaré.
Cuando el viaje acabe y todas las piezas del
rompecabezas encajen, encontraremos que otra vez nos han engañado, contándonos
una historia falsa. Los gobiernos siempre utilizándonos para sus propios fines.
El poder de mi hermana ha llegado finalmente
a mí. Como si fuese una jugada del destino, deberé elegir entre darlo a conocer
o callar. Arriesgarlo todo y entregarle a la humanidad una salida
extraordinaria a muchos de sus padecimientos o despertar en el ser humano lo
peor de su condición. Quizás al terminar este libro, que me servirá como una
gran catarsis, tendré el temple y la voluntad para decidir.
Esta historia llevó a seres inocentes, como a
mi hermano Alejandro, a sufrir una larga persecución, sencillamente por haberse
encontrado en el lugar y tiempo equivocado.
Aquellos papeles podrían haberse quedado allí
sin que nadie los encontrara. Si tan solo esa tarde hubiese hecho otra cosa no
me encontraría en la actual situación.
A veces es preferible la ingenuidad o la
simplona indiferencia. Ciertas personas cuentan con una curiosidad exacerbada,
que las lleva a investigaciones que sería mejor desconocer. Yo tuve la
necesidad de subirme a mi auto para buscar un vino de determinada bodega. Otra
persona salió unos minutos después de su casa y cruzó la esquina sin mirar.
Frené de golpe fuera de la línea de la bocacalle. El inspector de tránsito que
estaba en el bar de enfrente salió justo
en ese momento. Me levantó una multa. Discutimos. Mientras el peatón gritaba que
había querido pisarlo. Me olvidé del vino y regresé malhumorado a casa, pero a
dos cuadras vive mi tío y decidí pasar a saludarlo. Yo no lo sabía pero ese día
él debía concurrir al médico, en el mismo horario en que golpeé a su puerta.
Una llamada lo hizo perder tiempo y postergó la visita. Finalmente yo estuve en
casa con el Diario y las cartas. Tantos hechos concatenados, tantas
casualidades son tal vez la causa de este libro. Como sea todo ha cambiado y
ahora mi vida transcurre entre el trabajo diario y esta amenazadora realidad.
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